Por mi cumpleaños, me prometieron regalarme la saga Crepusculo. No vi la película por querer leerme antes los libros. Lo siento, me jodieron con Harry Potter y no quería permitir que me pasara lo mismo. A comienzos del puente, llegaron los libros. El viernes comencé a leer el primero y ya me lo estoy terminando (esta noche daré su fin). De su contenido, no revelaré nada, excepto que muchas de las acciones del libro suceden en coches.
Nunca he practicado sexo en un coche. Edward, el vampiro más sexy, sucedido por Ángel, (de Ángel o Buffy cazavampiros), me pone a mil. Es una lástima haber visto el rostro que le pusieron en la película, pues me limita la imaginación cuando lo leo, pero mis últimas fantasías más húmedas suceden con él en la parte trasera de un coche. No lo he llegado a desarrollar mucho, pero hasta donde lo he conseguido, yo me encuentro sentada encima de él mientras nos enrollamos, nos frotamos, restregamos, magreamos... se puede expresar de mil formas, pero solo con pensar eso ya estoy que echo humo. Delicadamente, me quita la camiseta y... bueno, es un vampiro... me pone que me muerdan el cuello. Suele acabar cuando él me lo muerde y ambos llegamos al clímax, el por morderlo y yo porque me lo muerdan. Dado lo avanzado del libro, he llegado a enamorarme perdidamente de él, lo que me hace plantearme una pregunta ¿Es mejor el sexo salvaje o hacer el amor? No creo que uno sea mejor que otro. Solo existe la diferencia de llegar al orgasmo, porque para mí, en la primera situación llego por la intensidad del momento, pero en la segunda, se crea una atmósfera amorosamente apasionada: no solo tienes sexo, sino que lo haces con la persona amada, con la que quieres estar.
La verdad es que esto no es un relato, es solo lo que pienso. A veces necesito expresarme con estas cosas. De todas maneras, si me paro a pensar, me es muy fácil verme haciéndolo con Edward. Solo visualizo cómo el me posee en una cama, mientras yo gozo debajo. No me oigo, pero se que gimo alto. Puedo ver como, en un rápido movimiento, soy yo la que estoy encima. Pero no como siempre. No voy rápido. Mis movimientos son lentos, para disfrutar en cada momento del placer que me provoca hacerlo con él. Es precioso, porque nos sonreímos al "leernos" mutuamente la mente, diciéndonos que queremos un beso.
Para mí esto sería hacer el amor. Y digo "sería" porque por desgracia aun no lo he experimentado. Llevo dos días pensando que si esto no ha pasado ha sido porque la persona adecuada no ha llegado aun. Espero poder conocer eso algún día, pero por ahora, será Edward quien culmine mis fantasías sexualmente amorosas.
En estos días pensaré en un relato con él. Esto se ha quedado un poco light. :D